La paradoja del negacionista


A principios de los años 90, Jody Wellsun británico negacionista del SIDA– creó la revista Continuum para ofrecer un púlpito a todos los disidentes. Sólo 10 años más tarde, Jody y todos los editores de aquella publicación habían muerto a causa del mismo virus cuya existencia negaron durante una década, obligando a cerrar para siempre el magazine. No es un caso aislado. A continuación, un compendio de paradojas argumentales que llevaron a la tumba a farsantes y pseudocientíficos que eligieron el camino de ignorar los antirretrovirales.

40 millones de personas están ahora mismo infectadas por un virus ‘inexistente’. 2300 personas mueren al año en España de un virus que no existe; por infartos, neumonías, tuberculosis.. o simplemente dejan de respirar. Fuente

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Todos los negacionistas basan su retórica en exigir la carga de la prueba, el estudio definitivo que demuestre la existencia aislada del virus, el fósil como eslabón perdido que explique la evolución. ¿Os suena esto? Intentan legitimar un debate entre supuestos expertos que no existen; dando y vendiendo ilusiones mediante sobredosis de retórica y pseudociencia y sin estudios empíricos serios que avalen sus teorías. Se cogen como a un clavo ardiendo a los primeros e imprecisos análisis de detección del virus o a las dosis exageradas de AZT que causaron cierta toxicidad cuando se desconocía su correcta posología. Cuando los negacionistas contagiados se creen sus propias mentiras optan por negar la mayor en los tratamientos farmacológicos convencionales aprobados internacionalmente para tirar su vida por el retrete. Luego dicen sus acólitos que murieron de neumonía.

Uno de estos supuestos expertos negacionistas de mayor prestigio es Henry Bauer, profesor emérito de ciencias químicas en la Universidad Tecnológica de Virginia, EEUU. El profesor Bauer pone en juego su currículo defendiendo, desde hace años, la falta de relación entre el virus de immunodeficiencia humana y el sida. Una opinión y expediente al servicio de la credibilidad muy respetable a priori pero que queda en entredicho cuando descubres que el profesor Bauer es uno de los autoproclamados expertos internacionales que defienden la existencia del monstruo del Lago Ness. Por no hablar de sus tesis homofóbas sobre la homosexualidad. El criterio científico y moral por los suelos.

«Considero la homosexualidad una aberración o una enfermedad y no un estilo de vida. Eso es un eufemismo» Henry Bauer en «The Memoirs of an Unreconstructed Dean»

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Dos portadas de la revista ‘holística’ Continuum. Una filosofía que llevó a la tumba a todos sus editores. Fuente

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Pero los hay mucho peores. Ed Boyd Graves fue un abogado americano de cierto prestigio y autoproclamado como «El hombre que resolvió el Sida». El letrado defendía la estrambótica teoría de que el virus fue creado por el Instituto Nacional de Cáncer, en EEUU; como parte de un programa militar para el desarrollo de armas biológicas dirigido a comunidades invasoras. Después de encontrar varios documentos en el instituto, se montó una paranoia en la interpretación de ciertos datos estadísticos que le llevaron a denunciar a su gobierno ante los tribunales con el éxito que ya suponéis. El señor Boyd cuestionaba también la eficacia de los antirretrovirales y promovió la toma de una sustancia inocua llamada «Tetracyl» -a base de plata-, antes de morir de SIDA en junio de 2009.

Vayamos con otro científico. Un psiquiatra norteamericano llamado Casper G. Schmidt publicó en 1984 un estudio titulado «El origen fantástico del SIDA». En él defendía que el sida no era una enfermedad real. Era una dolencia producto de una ‘histeria epidémica‘ generalizada debida a un ‘delirio inconsciente colectivo‘ provocado por varios ‘chivos expiatorios‘ históricos, como el sexo recreativo, la liberación de los negros y homosexuales o el desarrollo de arsenales nucleares. ¡Alucinante! Él mismo, especialista en los mecanismos de gobierno mental, fue incapaz de controlar su propia histeria y falleció de sida por falta de medicación en 1994.

Científicos del Mount Sinaí de Nueva York grabaron el proceso de infección celular del virus de SIDA coloreando un clon molecular del virus con una proteina fluorescente

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No hay que irse muy lejos para tropezarse de nuevo con la paradoja. El ‘reputadísimo’ ufólogo español y ‘creador de sombras’ Andreas Faber Kaiser; fundador de varios panfletos y espacios radiofónicos de contenido paranormal; dio pábulo a estudios sobre la Tierra Hueca, la convivencia del hombre con los dinosaurios o las teorías del imposible J.J Benítez. Pero sobre todo, perteneció y defendió al grupo COBRA, una asociación que ninguneaba al virus como causante de la enfermedad. Para este grupo sectario eran el ‘miedo’ provocado por el médico al diagnosticarte la enfermedad y los problemas psicológicos derivados de la marginación y el autorechazo los que realmente mataban, y no en el sentido metafórico; te debilitaban lentamente hasta acabar consumiendo tu vida. Los antirretrovirales eran, por lo tanto, innecesarios. Andreas murió, víctima del sida, en marzo de 1994 poco después de publicar en la revista Más Allá, el convencimiento en la superación de su enfermedad de la mano de otro curandero de postín: André Malby.

Hay una larga lista de científicos, bocazas y charlatanes que perdieron la batalla contra su propia ignorancia y atrevimiento. Varias webs van recopilando poco a poco todos estos ejemplos para escarnio de negacionistas. Otras fuentes al servicio de la documentación: 1234. Gracias a Luis Alfonso Gámez –Magonia– por su sabios consejos y enlaces.

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