La isla que no se dejó hundir por el hombre se la está tragando ahora el mar.


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El 18 de Abril de 1947, la propaganda de los que se dicen vencedores fabricó el espectáculo más explosivo que se recuerda en la postguerra. La mayor detonación no nuclear realizada por el hombre hasta la fecha intentó sumergir para siempre un pequeño paraíso en el Mar del Norte: Heligoland. Las fuerzas armadas británicas organizaron el «British Bang» para dar salida y desactivar todos los explosivos excedentes de la gran guerra y de paso borrar del mapa los fortines alemanes. Heligoland resistió al hombre pero ahora sucumbe al mar.

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Video de la más grande detonación no atómica de la historia

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La isla de Heligoland es un pequeño atolón que cuenta ahora con menos de dos kilómetros cuadrados y que está situado en el borde sudeste del Mar del Norte, a unos 50 kilómetros de la costa. Actualmente pertenece a Alemania después de que su soberanía pasase, durante el periodo de entreguerras, por manos danesas y británicas. La historia de este pequeño pedazo de tierra no se entiende sin explicar convenientemente sus condicionantes estratégicos en ambas guerras mundiales y sin valorar lo paradójico de su cruel destino. El trabajo que casi 7.000.000.000 kilos de TNT no pudieron hacer en la primavera del 47 lo está realizando poco a poco la erosión de una tierra castigada en demasía por el devenir de su geología acelerada por la cruel ‘manaza’ del hombre. En la actualidad, un ambicioso pero utópico proyecto de recuperación de un inversor alemán, pretende devolver casi un kilómetro cuadrado de superficie (uniendo la isla con el cercano islote Düne) que se perdió por el azote del mar en sus blandas rocas sedimentarias durante una gran tormenta en 1720. De no tomar pronto medidas (con serios espigones y rompeolas) en unos cientos de años el islote Düne desaparecerá antes de ver como la falda norte de la isla sucumbe a las frías aguas del Mar del Norte. La gigante explosión de 1947 dislocó por completo el subsuelo calizo del fondo marino perimetral, poniendo en peligro la estabilidad de la costa y acelerando los procesos naturales erosivos posteriores.

Pero: ¿por qué se organizó aquel lamentable espectáculo pirotécnico que aparece en el mismísimo Libro Guinnes de los Records? Fuera de la evidencia propagandística y la innecesaria exhibición de fuerza postbélica, las autoridades británicas querían experimentar y aprovechar el zambombazo para estudiar los efectos sísmicos de la explosión (a escala continental) en diversas estaciones sismológicas repartidas por todo el Mar del Norte. Casi 3,5 Kilotones [1.3×1013 J de energía liberada] al servicio científico de los bastos sismógrafos. Paradójico.

Imagen aérea, instantes después de la gran explosión. La nube de humo cubrió por completo la Isla. Fuente

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Mientras el gobierno intentaba aprovecharse científicamente del fatuo espectáculo, los incrédulos habitantes desalojados se vistieron de historias inverosímiles para desprestigiar al poder dinamitero. Un antiguo pastor luterano llamado Jürgen Spanuth estaba convencido de que bajo Heligoland se encontraba la capital de los Atlantes (La famosa Atlántida sumergida por el efecto del deshielo) y que la gran explosión no era sino una maniobra encubierta del gobierno inglés para destapar y robar los (sus) grandes tesoros de la civilización perdida. La historia tuvo tanto calado que trascendió más que las versiones oficiales, embruteciendo la realidad con los cuentos de taberna. Afortunadamente Iker Jiménez no había nacido todavía.

Pero lo cierto es que la isla, con una situación privilegiada, había sido centro estratégico para las actividades bélicas de la fuerza alemana durante la Primera Guerra Mundial. Después de ejercer la despoblación forzosa, los alemanes convirtieron la zona en una de las más grandes bases navales y militares para el abastecimiento de su flota. Durante la segunda gran guerra se completaron las construcciones militares para convertir la isla en un gigante polígono militar (con una gran red de túneles subterraneos inclusive) base de operaciones de los famosos U-Boote. En 1945 y tras el impresionante bombardeo de más de 1000 aviones aliados que retiraron la soberanía germana, la isla pasó a ser una simple y grande diana para las pruebas de tiro de los prototipos aeronáuticos de la R.A.F. Hasta esa primavera de 1947.

Una curiosidad para frikis y compañeros de novelas de aventura. La isla de Heligoland coincide perfectamente con la descripcióny situación que J. K. Rowling hace del atolón donde se encuentra la prisión de magos de Azkaban en el universo de los libros de ficción de su archifamoso Harry Potter.

Proyecto de recuperación del antiguo territorio de la isla. Fuente


Fuentes y enlaces.

La historia la encontré repasando las grandes explosiones no nucleares de la historia. Después de localizar el interesante vídeo me topé con el proyecto de recuperación de la isla. Otras fuentes al servicio de la historia aquí, aquí, aquí y aquí.

Si te ha interesado esta entrada, no deberías perderte:

-Probablemente el anuncio de televisión más polémico de la historia

-El hombre que atravesó una montaña.

-Muroami. Niños atrapados por las redes de pesca

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