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La capacidad de sacrificio del ser humano es, a veces, tan irracional como inconmensurable. Mildred Lisette Norman (1908–1981) vegetariana y acérrima activista por la paz estuvo caminando en soledad y con lo puesto durante más de 28 años para divulgar un único y utópico mensaje tatuado en una túnica azul: “Paz”. Esta ‘abuela de Forrest Gump’, adorable y genial perturbada; lustrada en el discurso y la dialéctica ,recorrió más de 40.000 Km. a pie sembrando su quimérico y fabuloso alegato por recónditos caminos de Norteamérica.
Mildred Lisette Norman 1973. Durante su sexta travesía.
‘Peace Pilgrim’ (Peregrina de la Paz) derrochó media vida con los pies sobre la arena y el asfalto americano con sus ropas como únicas posesiones y con su mensaje como única moneda de cambio para posada y alimento. Nómada sin rumbo, se paseó primero por aldeas, escuelas, iglesias, y más tarde por universidades y las más importantes cadenas de radio y televisión del país para dejar la marca de sus zapatos y la huella de una prédica de seguro éxito para la convulsa sociedad americana para entonces sumergida en los conflictos de Vietnam y Corea. Fue una heroína teórica del movimiento hippie de los agitados años 60.
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La gestación de una idea.
Mildred Lisette Norman Ryder nació el 18 de julio de 1908 en una pequeña granja de aves de corral en Harbor City, Nueva Jersey. Era la mayor de tres hermanos en una familia muy humilde pero a la vez respetada por su comunidad al haber fundado un asentamiento agrícola alemán de inmigrantes en 1855. Sus antepasados huyeron de Alemania y sus guerras en el siglo XIX.
Pronto su familia se convirtió en una comuna al acoger a otros familiares y amigos al regazo de su escasa riqueza. Los padres de Mildred, él carpintero y ella ama de casa, derrocharon ética y moral ante la escasez de bienes materiales. La familia se consideraba a sí misma «libre pensadora», buscando respuestas a través de la razón, la ética y la lógica, sin religiones, sin doctrinas ecunémicas ni catecismos, sin profesar cultos o pertenecer a iglesias…
Mildred destacó entre sus hermanos por su memoria y capacidad cognitiva. A los 3 años sabía recitar poemas y tocar el piano, destacando posteriormente como alumna aventajada y de gran capacidad oratoria en la escuela secundaria. Pero sobre todo mostró pronto grandes actitudes deportivas y de sacrificio físico sorprendiendo a propios y extraños en un campo, por entonces, no acostumbrado a grandes logros femeninos.
En 1933 se casó con Stanley Ryder un acaudalado hombre de negocios desaprobado, a la vez que respetado, por la familia de Mildred; cuya relación fue deteriorándose al mismo tiempo que Mildred maduraba su gran proyecto. Cuando Stanley fue reclutado en la Segunda Guerra Mundial en 1942, Mildred protestó enérgicamente y le instó a convertirse en objetor de conciencia. Su negación condujo, un fría noche de 1942, a la disolución definitiva del matrimonio.
Mildred Lisette Norman 28 años de fotos y peregrinaje. Casi siempre con las mismas ropas.
Esa noche de soledad, paseando por un bosque cercano a su casa y buscando respuestas y vocaciones de una vida perdida cuidando a su desagradecida pareja… Mildred tuvo su personal ‘iluminación’ de lo que tenía hacer con su vida.
“[…] Caminando en la madrugada me sentía elevada, más elevada que nunca. …cada flor, cada arbusto, cada árbol, parecía llevar una aureola. En ese momento de soledad me sentí en plena disposición, sin reservas, a dar mi vida, a dedicar mi vida al servicio. Entonces, una gran paz vino sobre mí. Una sensación de paz que intenté provocar el resto de mi vida. Experimenté una plena capacitación a dar todos mis esfuerzos, más allá de los triviales cuidados de mi coche.”
Durante los primeros años cuarenta enfocó su vocación al trabajo en varias ONG y organizaciones de voluntariado. ‘Friends Service Committee’, la Comisión de Becas de Filadelfia, el Consejo de las Naciones Unidas de Filadelfia y , sobre todo la Liga Internacional de Mujeres para la Paz y la Libertad.
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Los primeros pasos.
Pero Mildred nunca volvió a recuperar el sentimiento de paz de aquella fría noche. Egoísta de sensaciones buscó la complacencia de su ego y satisfacer el recuerdo de un sentimiento olvidado.
En el otoño de 1952, recuperó esa completa paz interior al final de su primer largo y extraordinario viaje a pie. Antes, el 26 de abril de 1952, Mildred comenzó la caminata de 3.500 Km. denominada El sendero de los Apalaches (Atravesando 14 estados) y se convirtió en la primera mujer que la completó en solitario, caminando durante casi cinco meses.
Sendero de los Apalaches. Fuente.
Durante la excursión, vivió completamente al aire libre, equipada con sólo un par de pantalones, una camisa y suéter, una manta y dos hojas de plástico. Su menú, por la mañana y noche, era de dos tazas de harina de avena sin cocer, empapada en agua y sazonada con azúcar moreno; al mediodía, dos tazas de leche en polvo, más las bayas y los frutos verdes o secos que encontraba por el bosque.
Mildred se convenció de que las posesiones materiales eran simplemente una carga, y que para lograr un estado diario de la gracia, hay que mantener la simplicidad. La idea de convertirse en peregrina, caminando entre países por la paz, llegó en este momento en otra visión. Ella escribió:
[…] Mientras caminaba por los bosques de Nueva Inglaterra, vi pasar por mi mente un mapa de los Estados Unidos con las grandes ciudades marcadas….y fue como si alguien hubiera tomado un lápiz de color y señalara mi camino con un zigzag, de costa a costa y de frontera a frontera, desde Los Ángeles a la Ciudad de Nueva York […] Voy a hablar con todos los que me escuchen sobre el camino hacia la paz. Voy a llevar una señal, una túnica con la parte de atrás que diga, «Paseos de Costa a Costa por la paz» y la parte delantera, «Peregrina por la paz» […]
“Peace Pilgrim”
A partir de ese momento, (1958) Mildred de 44 años, pasó a ser para siempre “Peace Pilgrim”, tres décadas de caminatas en solitario a lo largo y ancho de Norteamérica siempre con la misma ropa a cuestas. En su primer viaje como “Peace Pilgrim”, caminó 8.000 kilómetros desde California a Nueva York, de costa a costa y de frontera a frontera, para compartir su mensaje de paz en medio de la guerra de Corea, la Guerra Fría, y en el apogeo de la era McCarthy. Fue el más duro, no era todavía popular y las desconfianzas marcaron sus avituallamientos.
En sus bolsillos un cepillo de dientes, un peine, un lápiz y, más tarde, varios papeles con citas sobre la paz de personajes famosos. Muchos días de ayuno, desfallecimientos y lesiones… No aceptó nunca dinero, ni limosnas… Nunca se acercó a nadie pero dejó que otros siguieran su camino. A veces las etapas las hacía en compañía, las más en soledad.
Tenía un magnetismo que cautivaba al instante. Ella fue una fascinante y contundente oradora, con un mensaje que incluía un almacén de historias poderosas e inspiradoras que eran fáciles de escuchar y recordar.
Durante casi tres décadas, desde 1953 a 1981, cruzó el país en siete ocasiones, incluyendo dos viajes a Hawai y Alaska, así como Canadá y México. En 1971 durante su 7 travesía dejó de contar los kilómetros cuando ya sobrepasaba los 40.000.
Peace Pilgrim. Documental 60 minutos.
Tanta era su capacidad de sacrificio que utilizó sólo 28 pares de zapatillas durante los 28 años. A 2.500 kilómetros por par. Regalando a los niños que se cruzaban en su camino las múltiples donaciones de equipamiento y vestimenta.
Fue detenida en dos ocasiones por vagancia e indocumentación, pero acabó organizando un coro en el calabozo con presos, guitarras y carceleros hasta que la liberaron a cambio de trabajos y compromisos sociales. Fue también asaltada, acosada y maltratada por multitud de borrachos y maleantes con los que intimaba hasta calmar sus fierezas y conductas agresivas. Practicó también la tolerancia hacia el mundo gay, bisexual, y transexual, defendiendo la no discriminación por condición sexual, en un momento difícil para esas actitudes.
El 7 de julio de 1981, mientras practicaba su oratoria cerca de Knox, Indiana, “Peace Pilgrim” fue atropellada en un desgraciado accidente automovilístico. En el momento de su muerte, con 73 años, estaba cruzando los Estados Unidos por séptima vez.
Su legado y leyenda inmediatamente crecieron como la espuma. Una fundación y múltiples e infructuosos seguidores e imitadores se cebaron de su mensaje inspirador y han llevado la herencia de su proyecto hasta nuestros días.
[…] estoy casi segura de que algunos de los que simplemente han oído de mí, deben pensar que estoy completamente chiflada. Después de todo, estoy haciendo algo diferente. Y a los pioneros siempre se les ha visto como un poco extraños. Pero ya ve, yo quiero a la gente y veo la bondad en ellos. Y es susceptible de alcanzar lo que se ve. El mundo es como un espejo: si se le sonríe, le sonreirá. Me encanta sonreír y, por lo general, recibo sonrisas a cambio. Se me ha provisto con todo lo que necesitaba en mi peregrinaje sin siquiera pedirlo. […]
Peace Pilgrim ,6 de Julio de 1981, un día antes de su muerte.
Enlaces y fuentes.
La historia la encontré en Myhero y fue fácil buscar luego documentación en su fundación y en otros enlaces como este y este. Las monótonas fotos (de la época conocida) las saqué de aquí. Puedes leer el libro con su mensaje, en castellano, aquí. Otro documental, también en castellano (un poco modosito) aquí y una de sus últimas entrevistas para la TV en 1977 aquí.
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