Un año entre basura y gusanos


Últimamente siento vicio por los personajes que hacen de su vida un reto. Buscando nueva información para «El desafío de los objetos» (Dave Bruno) me encuentro con la historia de otro Dave: Dave Chameides, un norteamericano de Los Ángeles, California obsesionado por su huella ambiental que se embarcó a finales de 2007 en lo que llamó los «365 días de la basura».

El personaje, mezcla de obsesiones de Diógenes y  pulcritudes Beckhamianas puso en marcha un nuevo e inusual desafío. Su proyecto, bastante más avanzado y organizado que el del otro Dave, consiste en tomar consciencia y responsabilidad sobre la basura que producimos individualmente.

«La idea de este proyecto surgió hace seis meses cuando estaba tirando la basura . Pensé que yo estaba haciendo nada más que eso, ‘tirar basura’. Hacerla desaparecer, no la estaba reciclando ni tratando de ninguna manera, simplemente eliminándola de mi vista. Reflexionando de forma  simple, esto es realmente una locura. Me preguntaba si todos éramos responsables de nuestros residuos, si no somos capaces de hacerla desaparecer  tendremos que hacer frente a algunos  verdades bastante feas sobre la forma en que vivimos». ..Dave Chameides

Para ello Dave decidió en la nochevieja de 2007 y durante 365 días, no tirar nada de la basura producida para clarificar el impacto que produciría en él. Empezó creando una especie de fundación: «Sonstenible Dave» para dar el apoyo mediático necesario al proyecto. También creó un Blog donde diariamente hace una lista de los residuos clasificados (como esta) y un canal en Youtube donde nos cuenta sus experimentos. Los medios sensacionalistas hicieron tambalear el proyecto al barruntar un problema de salud pública, por ello Dave se vio obligado a crear unas rigurosas normas para el experimento:

  1. Si algo que he generado es inútil, tengo que ocuparme de ello.  Si compro algo para mi, el empaquetado lo tengo que tratar de alguna manera. Con ello trato de saber qué es lo que va a ocurrir con el envase. Saber cuál es su destino.
  2. Cualquier basura que genere que se pueda reciclar, será salvada. El reciclaje es mejor que “tirarlo lejos” pero como el reciclaje también supone gasto de energía  y crea nueva basura es importante explicar los pasos del reciclaje meticulosamente.
  3. La  basura que suponga un perjuicio para la salud (caca del perro, basura médica de visitas de los doctores, etc.) y no pueda ser salvada, por lo menos será observada, cuantificada y examinado el impacto de su creación y disposición.
  4. La preparación de alimento supone un grave problema  pues tengo una esposa y dos hijas que no están emprendiendo este experimento (cuanta similitud con Dave Bravo ) . Dado que los alimentos se preparan para toda la familia, tendré que imaginar cómo contabilizar los residuos generados por ellos y siendo tan honesto como pueda en promediar mi participación . Para compensar cualquier discrepancia posible en esta área, he decidido que cuando coma fuera con mis hijas, seré responsable de cualquier basura que generen allí también.
  5. Finalmente, sé que habrá zonas de ‘penumbra’ en las cuales no he pensado, y algo de esto tendrá que modificarse mientras progreso en el desafío. La norma de oro va a ser “En caso de  duda, es mi responsabilidad hacer frente a ella”.
  6. Y ¿Dónde va a parar la basura? Por ahora, voy a mantener la materia en el sótano de nuestra casa y haré fotos de como se acumula. Digo por ahora, porque no tengo una idea clara del espacio que precisa toda  la basura ya clasificada. Tendré que deshacerme de ella, por consiguiente, mientras que voy progresando el experimento.
  7. Todo los residuos producidos por mi cuerpo quedan fuera del experimento. No se trata de poner en peligro la vida de mi familia.

Uno de los métodos más impactantes y pilar del experimento que utiliza Dave para deshacerse de los productos biodegradables es lo que él llama «Gusano de Compostaje» o vermicomposta. Un proyecto que empezó con su crianza para elaborar abono natural de la parte residual de los alimentos y papel , y con los que recientemente ha tenido problemas al escapar gran parte de ellos de su caja. En el siguiente video Dave cuenta como trabajan sus gusanos:

La mayor duda generada por el desafío a los vecinos de Dave fue el problema del olor.  ¿De dónde proviene el olor a basura?. Evidentemente de los restos alimenticios, sobras y desechos biodegradables de su preparación. Todos estos residuos entran en la granja ‘mágica’ de gusanos del señor Dave.

El desafío acaba de cumplir 6 meses y Dave está más contento que sus lombrices y nos invita a todos a unirnos en el ecuador de su experimento.

Fuentes 1, 2, 3, Aquí podrás acceder a la última entrevista realizada a Dave en su casa.

El experimento Brukhonenko


A finales  de 1920  Sergei Brukhonenko consiguió mantener con vida  durante 190 minutos la cabeza amputada de un perro vivo. La cabeza del perro fue conectada a una máquina corazón-pulmón  bautizada por Sergei como el «autojector». El dispositivo que supuestamente le da la cabeza todo lo que necesita para mantenerla con vida. A pesar de las reticencias médicas y del carácter bizarro del experimento, Sergei fue pionero en la investigación y construcción de la primera máquina corazón-pulmón imprescindible posteriormente en la cirugía extra corpórea.

La carrera científica de Bryukhonenko fue bastante polémica. Se rodeó de malentendidos y acusaciones infundadas. Pero el tiempo pone las cosas en lugar apropiado, y hoy los avances del científico figuran entre los principales logros de la biología y la medicina del siglo 20.

fuente wikipedia

Él experimento de Brukhonenko tuvo lugar a finales de 1928 ante una audiencia internacional de científicos en el Tercer Congreso de los fisiólogos de la URSS. Por aquél entonces las competencias internacionales abarcaban todos los campos de la ciencia, y el circo mediático y propagandístico ruso gustaba de mecanismos populistas como este ensayo.

Para demostrar  que la cabeza del animal seguía con vida Brukhonenko realizó dos sencillos experimentos demostrando que respondía a determinados estímulos. Golpeó la mesa con un martillo y la cabeza se estremeció; la iluminó con una linterna y los ojos respondieron; incluso le dio de comer un trozo de queso que se deslizó por la sección  del esófago. En el siguiente vídeo podemos ver la reacción del animal ante el estímulo.

El perro de Brukhonenko se hizo famoso rápidamente en toda Europa e inspiró al dramaturgo George Bernard Shaw como su musa:

«Estoy incluso tentado de tener mi propia cabeza cortada para que yo pueda seguir dictando las obras de teatro y libros sin ser molestado por la enfermedad, sin tener que vestirse ni desvestirse, sin tener que comer, sin tener nada más que hacer que no sea producir obras maestras de arte dramático y literatura. «

Fuentes 1,2,3,4

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