¿Tenemos la televisión que merecemos? Encuesta a profesionales del medio


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Casi el 70 por ciento de la población responde negativamente a esta pregunta mientas la mayoría de ellos sintoniza, con el placer que da el morbo anónimo, la entrevista pagada con publicidad a la madre de un criminal. ¿Qué está fallando? ¿Por qué la dictadura del morbo vence aparentemente a la democracia del mando a distancia? Para intentar responder a esta pregunta he llamado a consultas a profesionales que llevan años sirviendo o participando en contenidos, de todo tipo, para esa maleable audiencia.

Viñeta de Denis Lopatin. Fuente

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Decía el escritor y guionista Jaime de Armiñan que la televisión no es culpable de nada, es solamente el espejo en el que nos miramos todos, y al mirarnos simplemente nos reflejamos. Quizás este espejo solo refleje la realidad del nivel educativo de la audiencia, quizás el sesgo amplificado de las gotitas de telebasura no hace justicia con el nivel medio del resto de programas.

Para la encuesta a profesionales quería plantear primero si existe realmente un problema de contenidos o es meramente estadístico, para más tarde y en cualquier caso, proponer ideas y reflexionar sobre la posible mejora de calidad de estos. ¿Cuales son las claves para abordar la raíz del posible problema? Para ello sugerí dos preguntas y dejé total libertad para responder según criterio personal e incluso aceptando aportaciones anónimas para que no se comprometiera su objetividad. Estas son las preguntas y el resultado de la encuesta. Gracias a todos por participar y someteros, a ciegas, al experimento. Yo personalmente he aprendido mucho.

1.-¿Cuales crees son los principales motivos para que, según el CIS, el 68,9% de los ciudadanos crea que los contenidos de la televisión en España no son buenos, pero al final sean los de peor calidad ética y moral los que más se consumen?

2.-¿Que harías para mejorar, regular y/o incentivar la calidad de contenidos de la televisión en España sin lesionar el derecho a la libertad de expresión?

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Es escritor, publicista, crítico de televisión y colaborador de Telecinco. Licenciado y MBA en Dirección de Empresas. Ha ejercido su labor de docente en ESADE y en la Universidad Pompeu Fabra. Ha sido director creativo de agencias como Bassat Ogilvy & Mather, Saatchi & Saatchi y Euro RSCG. Es autor de los libros ‘El pensamiento negativo’,’El sentimiento negativo’ y ‘Que la muerte te acompañe’.

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1.-La gente y los consumidores somos personas distintas. Después de mucho pensarlo, es la única explicación razonable a la que he llegado. Un misterio, pero una realidad. Ocurre lo mismo si miramos las encuestas sobre sexo; cuando separas los individuos por género, es imposible cuadrar balances. No es que seamos unos hipócritas, no. Simplemente pasa.

2.-Nada. La televisión -hablo de las privadas- es el medio más democrático que existe, y por tanto uno de los más crueles para la gente que no pertenece a la mayoría. No importa mucho el concepto de calidad que tenga un grupúsculo de ciudadanos, asociaciones, consejos audiovisuales o consumidores sobre lo que significa una televisión de calidad. Si algo no funciona (no gusta a la mayoría), se sabe al día siguiente, los anunciantes pierden su interés y tarde o temprano se acaba retirando de la parrilla. Es como un espejo hiperrealista. Puede que no te guste lo que ves. Pero no puedes negar que eso que ves es justo lo que eres. Tenemos la televisión privada que merece nuestra mayoría. Otra cosa diferente es (o debería ser) la televisión pública.

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Licenciado en Periodismo. Melchor Miralles Comenzó a trabajar en 1978 en la sección de deportes de Diario16 y más tarde como redactor jefe del equipo de investigación. En 1997, y tras abandonar el periódico El Mundo -que fundó junto a Pedro Jota Ramírez-, se embarcó en la producción televisiva, siendo precursor de los programas de periodismo de investigación: ‘Al descubierto’ (2001), de Antena 3 y ‘A corazón abierto’ (2003), de Telecinco. Actualmente conduce el programa ‘Con voz y voto’, en Telemadrid y ‘Cada mañana sale el sol’ en ABC Punto Radio.

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1.- Creo que hay costumbre de desacreditar al medio. Cada ciudadano tiene su idea de lo que quiere y es imposible contentar a todos. Es como la selección de fútbol, cada español es un seleccionador. La televisión en España es mejorable, pero la media de la producción española es más que buena. Tenemos el problema de carecer de una industria potente, pero hay profesionales excelentes. La TV es el medio que mas se consume, tiene carácter masivo, pero en España hay una moda de hablar mal de la tele, aunque se consuma.

2.– Potenciar la industria, y respecto a regular, ojo. Soy enemigo de tanta regulación, detrás de los impulsos reguladores normalmente hay intereses de poderosos interesados en ejercer control y censura sobre los contenidos. La televisión tiene la ventaja del mando, lo que no te gusta no lo ves, aprietas una tecla y cambias de cadena. ¿es que son mejores los contenidos de los medios escritos?

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Autor del blog satírico Mimesacojea. Director del programa de sketches Ciudad K (La2); ha trabajado de guionista en programas como ‘El Hormiguero’ (Cuatro) y ‘La Gran Evasión’ (ETB). Actualmente dirige el programa ‘Escépticos’ en ETB2.

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1.-En España somos más de 47 millones de habitantes. Sálvame, emblema de televisión intelectualmente perjudicial y uno de los espacios más vistos actualmente, ronda los dos millones de espectadores. Eso quiere decir que hay más de 45 millones de españoles invirtiendo su tiempo en otros quehaceres mientras se emite ese programa. Que las encuestas del CIS digan, por tanto, que la mayor parte de los españoles creemos que los contenidos televisivos son malos es perfectamente comprensible y no entra en conflicto con ningún otro dato.

2.-Invertir en educación. La parrilla televisiva es un reflejo de la sociedad. Un espejo quizá algo deformado, pero un espejo al fin y al cabo. Actualmente tenemos en nuestras pantallas programas de ciencia, de filosofía, de artes plásticas, de cultura, de fomento del pensamiento crítico… Todos están en La 2, en canales temáticos y en algunas autonómicas. Su audiencia es ridícula. Si esos mismos programas estuviesen en Telecinco, me temo, seguirían haciendo una audiencia ridícula. No es un problema de la televisión; es un problema resultado del bajísimo nivel cultural de nuestro país que se refleja, como no podría ser de otra manera, en el consumo de entretenimiento.

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Es actriz, cómica y presentadora de televisión. Como actriz teatral, destacan sus interpretaciones en las obras ‘5mujeres.com’ y ‘Hombres, mujeres y punto’’. En televisión ha participado en ‘La noche… con Fuentes y cía’, emitido por Telecinco; ‘Splunge’, un programa de sketches en TVE; y apariciones en series como ‘Siete Vidas’ de Telecinco y ‘Casi Perfectos’ de Antena 3. Presentó el Late night ‘Noche Hache’’, de Cuatro (2005-2008) y ‘Con Hache de Eva’ en La Sexta; actualmente presenta en esa misma cadena una nueva edición de ‘El Club de la Comedia’.

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1.-No mucha gente es capaz de reconocer que ve ciertos programas. En los últimos años, escucho muy a menudo la frase «el otro día haciendo zapping vi» y, a continuación, el nombre de esos programas que nadie ve pero que barren en audiencias.

Por otro lado, sé, de buena tinta, que algún que otro programador se jacta de darle «a la pobre gente que no tiene gusto ni buena vida» un entretenimiento de baja calidad como si se tratase de una obra de caridad. A lo mejor es por eso el que ve los programas llamados basura no se atreve a admitirlo, porque sería igual que reconocer que su vida es ciertamente pobre.

2.-Me gustaría que hubiera todo tipo de programas, los que hay y muchos otros. Creo que la única forma de hacer una televisión rica y variada, sobre todo en estos tiempos de vaca flaca, es apostar por formatos baratos, imaginativos y diferentes. Buscar en otras televisiones, en radios, en Internet. Quizá no se conseguirían audiencias millonarias, pero sí calidad y alternativas.

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Es uno de los grandes productores del cine español, referencia inevitable para profesionales y cinéfilos. Carlos Saura, Víctor Erice, Manuel Gutiérrez Aragón, Julio Médem o León de Aranoa han dirigido para quién un día llegó a marcar un gol al mismísimo Madrid de Di Stéfano. Más de cincuenta títulos inolvidables e imprescindibles para entender las raíces y evolución de nuestro cine. Director y guionista también es un estupendo productor documentalista para televisión, como la serie «El Ojo de la Cámara” en Canal+, el documentale “Noticias de una Guerra” o la trilogía sobre ETA, recientemente cerrada con ”Al final del Túnel”.

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1.– No olvidaré nunca el primer consejo que recibí cuando comencé a trabajar en uno de los guiones  que escribí: “Elías, haz mierda…que es lo que más les gusta”. Traté de no seguir nunca un tan sabio consejo.

2.– Sin lesionar, por supuesto, el derecho a la libertad de expresión, acercarse a la realidad que día a día viven los ciudadanos con los que convivimos. Hay que estar atentos a las encuestas en las que se cuantifica cuáles son los problemas que preocupan a la mayoría de la población. Esa realidad debe ser reflejada.

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Productora de programas de ficción y entretenimiento que ha trabajado con cadenas generalistas y de pago tanto en España como a nivel internacional”.

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1.-Esta es una  respuesta que varía según la TV a la que te refieras; ya que seguramente los ciudadanos se refieren a la telebasura que no todas las cadenas emiten. La realidad es que si al espectador le das contenido de calidad lo consumen (Por ejemplo,  el programa 21 días de Cuatro tenía una audiencia media de 14%, esto es 1.500.000 espectadores y  llegó a tener programas con un 19%). Eran líderes en prime time los viernes en una cadena con una media de un 7% y quedaban por detrás el famoso DEC y por supuesto T5. Esto significa que la calidad no está reñida con el entretenimiento.

2.-En primer lugar las licencias otorgadas por el gobierno deberían llevar consigo una serie de obligaciones a cumplir por las cadenas; como cuidar el lenguaje, insultos, gritos, actitud y temas a tratar en horario de protección infantil. Como esto es algo que ya existe y algunas cadenas no lo cumplen, las multas deberían ser muy duras para que no les compensase saltarse las normas.

En segundo lugar las cadenas deberían ser más valientes a la hora de testar nuevos formatos y no copiar los modelos de la competencia, como son las televisiones en UK, USA o Francia.

Y en tercer lugar y no por ello menos importante, no olvidar que la tv es entretenimiento, no está para educar y sí para entretener  pero siempre desde el respeto al espectador. Son horas al día que se consumen para olvidar los problemas de cada uno y divertir al espectador ; darle contenido que le interesa, que le preocupa, con lo que se siente identificado etc…, acercarnos a su realidad del día a día.

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Cómico, guionista, actor… Héctor de Miguel Martín, más conocido como Quequé, ha trabajado en el teatro, en la radio y la televisión desde 1998. ‘5hombres.com’, ‘Noches de Cómicos’, ‘La corriente alterna’, ‘Splunge’, ‘La Noche… con Fuentes y Cía’, ‘Noche Hache’. Actualmente se encuentra de gira con su espectáculo ‘Antolojeta’ y colabora en ‘Abierto hasta las dos’, en Radio Nacional de España.

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1.-El ser humano en general -y el español en particular- tiene una gran capacidad para sostener que algo es un truño y, a la vez, consumirlo con voracidad. No nos importa tanto comer mierda como que el vecino se entere. Aunque también creo que el actual sistema de medición de audiencias se ha quedado tan viejuno como la propia televisión. A lo mejor, con otro sistema más riguroso, nos llevaríamos alguna sorpresa.

2.– No entiendo por qué hay que regular la televisión y no los periódicos o la radio. Por no hablar de Internet, donde cualquiera puede meterse a cualquier hora a ver cosas peores que la entrevista a la madre de un asesino. Más allá de lo lógico (no emitir pornografía ni violencia extrema en horario infantil), todo lo demás me parecen ocurrencias moralistas de políticos para rascar votos y montar consejos que nos cuestan una pasta y que no sirven para nada. Para mí, la mejor regulación, la más rápida y efectiva, es cambiar de canal.

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Licenciado en Periodismo. Reportero de CQC (T5) y El Intermedio (La Sexta) y presentador de El Método Gonzo (A3) y A Caixa Negra (TVG). En total 6 años en el mundo audiovisual. Dice que en los 3 meses que estuvo en El Metodo Gonzo se dio cuenta de la suerte que tuvo de estar en CQC y de la suerte que tendría si volvía a hacer algo que le gustase en TV. (Afortunadamente, lo pude hacer y en eso estoy).

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1.– Entre el dato que aporta el CIS y los datos que reflejan a diario los estudios de audiencias, le doy más valor al del CIS. En 1º lugar por la metodología de la encuesta y en 2º lugar porque a pesar de ser cierto que los programas de ética y moral más dudosa suelen estar entre los más vistos en sus franjas, sus espectadores representan una minoría de la población. Estos formatos reúnen habitualmente entre 1.500.000 y 2.500.000 personas en horario de máxima audiencia, es decir , alrededor de un 4% de la población. Aunque es cierto que los personajes habituales de estos programas tienen un alto grado de conocimiento, su aceptación es bastante baja.

A pesar de todo, si ese tipo de «entretenimiento» sigue manteniendo un público fiel se debe principalmente a una obviedad tan grande como que satisface los deseos de sus espectadores. Pero también es cierto que los programadores llevan muchos años acostumbrando al espectador a ese tipo de contenido. No hay género televisivo al que se la haya dado más oportunidades de triunfar. Se han puesto en marcha decenas de programas idénticos. Si no funciona, se cierra y al poco tiempo de estrena otro con el mismo contenido. «Si algo no funciona métele morbo y cotilleo, y si sigue sin funcionar es culpa del presentador o de la productora o del decorado, o de los colaboradores, pero nunca del contenido». Es la solución más fácil: barata, no hay nada que inventar, personajes reconocidos y un sinfín de «historias humanas» que contar. En definitiva, se suma la  atracción por las vidas ajenas y una industria muy rentable que no duda en explotar esas preferencias hasta el límite.

2.– Hace ya varios meses se aprobó la creación de un Consejo Estatal de Medios Audiovisuales que era una de las medidas que contemplaba la Ley General de la Comunicación Audiovisual. Su razón de ser era precisamente la regulación de los contenidos en un medio de comunicación con tanta influencia como la TV. Todavía no se ha constituido y ya ha sido acusada por parte del sector de ser una medida de censura, de utilizar la telebasura como excusa para el control ideológico e incluso el PP ya aseguró que se lo cargaría al llegar al Gobierno. Así es como se recibe en este país a una institución que funciona en el resto de Europa sin mayor problema. Así que descartemos lo de regular.

En cuanto a lo de mejorar e incentivar la calidad: exigir más calidad por parte de los espectadores. Sirva como ejemplo el boom de las series americanas que aquí se han consumido mayoritariamente a través de Internet y que han derivado en una mayor calidad de las series españolas. Exigir más contenidos rechazando la opción generalizada de las cadenas de saturar la parrilla con formatos que funcionan. Si funciona un concurso toma tres seguidos y donde se dice concurso se dice un ‘talent show’, una serie que mezcla policías y científicos,…

Como parte del sector mi propuesta es la de innovar y apostar por la calidad en formatos que formen e/o informen a la vez que entretengan. De la misma forma que los programas del corazón responden al deseo de conocer detalles de vidas ajenas, se pueden atender otras necesidades. Satisfacer la curiosidad: cómo funcionan o cómo se hacen artilugios de uso cotidiano. Promover el interés por la excelencia generando nuevos modelos sociales. Alimentar la capacidad de valoración crítica a través de información plural (Salvados o Comando Actualidad demuestran que incluso pueden funcionar en Prime Time). Recuperar la sátira y el humor político como género habitual.

Si el mismo esfuerzo creativo que productoras y cadenas han dedicado a perpetuar los programas de corazón y vísceras se dedicase a estos y otros contenidos el resultado sería el mismo: el espectador de acostumbraría a verlos

Mi esperanza es que la TV es cada vez menos lo que te ofrecen las cadenas y cada vez más lo que eliges en la red. Más pronto que tarde las cadenas se adaptarán a esta realidad y ahí se verá realmente que es lo que quiere consumir el espectador, sobretodo el espectador que interesa a los anunciantes.

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Es responsable de contenidos para Televisión de Mediapro; productora de informativos, magazines diarios, documentales, reportajes, programas de entretenimiento y series de ficción. Entre otros ahora mismo produce: ‘España Directo’, ‘Vidas anónimas’ en La Sexta. ‘La Sexta Noticias’, etc… Eduardo es también académico de televisión.

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 1.– No voy a negar el valor de las encuestas, pero, sí quiero dejar presente, desde el principio, los prejuicios inherentes de todo encuestado cuando se le cuestiona sobre TV en España.

Yo no creo que los contenidos de TV en España no son buenos. Es más, creo que la TV que se hace en España está bastante por encima de la media de calidad de la TV que se hace en Europa. Yo veo en TV productos con mucha calidad prácticamente a todas horas. Y doy ejemplos: ‘Los Desayunos’ de TVE, Arguiñano, ‘La ruleta de la fortuna’, ‘Al rojo vivo’, ‘Amar en tiempos revueltos’, ‘El secreto de Puente Viejo’, ‘Ahora caigo’, ‘Atrapa un millón’, ‘Pasapalabra’, ‘El Intermedio’, ‘El Hormiguero’, ‘Tu cara me suena’, ‘El Club de la Comedia’, ‘Comando Actualidad’, ‘Equipo de Investigación’, ‘Salvados’, ’59 segundos’, ‘Cuéntame’, ‘Gran Hotel’, ‘Águila Roja’, ‘El Barco’, ‘Tierra de Lobos’, ‘Españoles por el Mundo’, ‘Frank de la Jungla’, ‘Uno para ganar’…. Todas producciones españolas (y no he puesto ninguna de la 2, ni series de producción extranjera) que te podrán gustar más o menos, pero de las que no se puede dudar ni de su calidad, ni de que sean poco vistos…

La “trampa” está en generalizar hacia toda la producción de TV en España, lo que se hace desde una cadena o un grupo de televisión determinado. Cuando se afirma que los contenidos de peor calidad ética y moral son los que más se consumen, no queda por menos, que negar tal afirmación. Programas como “Sálvame”, “La Noria” o Sálvame de Luxe” no llegan al 5% de media sobre el TOTAL de la población (rating). Claro que tienen su público, pero, el resto gana por abrumadora mayoría.

En la libertad del programador (de las cadenas, al fin y al cabo) recae la responsabilidad de programar contenidos de una u otra índole. Pero, contestando a tu primera pregunta, te insisto en que, en general, los contenidos de TV en España tienen buena calidad.

2.-Me da mucho miedo la palabra “regular” la calidad. ¿Quién? ¿Bajo qué criterios? ¿Cómo se determina la calidad?… Creo que equivocamos calidad con buen gusto. Los límites a los contenidos en TV, como a cualquier otra actividad, son los que están marcados en la ley. El código Penal, la Ley de Protección Civil al Honor, la Ley de Protección a la infancia etc… Esos son los límites de los contenidos en TV.

La TV es el medio más democrático del mundo. Tienes un mando y puedes elegir. Y, como he respondido en la primera pregunta, y pese a lo que pueda parecer en un análisis superficial, hay opciones de muchísima calidad en la TV en España. Mejorar la calidad de los contenidos en TV es la voluntad de los productores y programadores, de los profesionales de la TV. Acaso alguien tiene que “imponer” el criterio de lo que es “calidad” o no?

Otra cuestión, es el origen de esta encuesta. La “polémica” de La Noria. Que una cadena pague dinero a un familiar de un imputado en un juicio por el asesinato de una menor. Si yo fuera programador no lo haría, pero, el programa no ha cometido ningún delito. Insisto, en mis ideas anteriores: me parece de mal gusto, pero, esa es la libertad del programador. Luego, el público lo verá o no. Sin más.  Allá cada cual con su ética y su conciencia.

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Productor ejecutivo y director de desarrollo de una de las más importantes productoras de Televisión de España.

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1.– Creo que los puntos mas destacados son el morbo que genera este tipo de contenidos sumado a que a la gente le gusta sentirse parte de lo que la mayoría consume, y no le gusta quedarse fuera de ese “grupo” aunque la calidad ética y moral de lo que consuman este en discusión.

En gran parte las personas ven este tipo de productos como si viesen un circo Romano. Observan a los nuevos “grandes gladiadores famosos” equivalentes a periodistas de dudoso pasado,  ex parejas de alguien venido a menos,  etc… que se disputan abiertamente el trono mediático a cambio de una exposición completa y sin escrúpulos.

Todo esto sumando a que algunas cadenas desistieron de competirle a este tipo de productos con otros de mayor calidad, hacen que los espectadores estén teniendo esa contradicción.

2.– La palabra regulación es algo muy difícil de administrar. Regular y libertad son antónimos por naturaleza.  El punto indiscutible es el de incentivar.

Pero ¿quién está dispuesto, en medio de esta gran crisis, a apostar y dar tiempo necesario a productos “dignos” para que compitan con aquellos “indignos”? Esos lujos se lo pudieron dar las cadenas mas jóvenes en sus inicios a la hora de establecer sus nuevas y vírgenes parrillas de programación, donde la medición y el tiempo de prueba eran mas lógicos para que sus productos  de prueba  logren estabilizarse.

Una vez que el tiempo y el dinero se agotaron y las mediciones de ‘share’ empezaron a engolosinar algunas oficinas de directivos, las ideas empezaron a desvanecerse dando espacio y lugar para que los contenidos dudosos vuelvan al ruedo.

Será momento que las empresas empiecen a apostar por un nuevo tipo de publicidad, generando contenido propio para TV y exigiendo calidad asociada a sus productos. Caso contrario el dinero para esta incentivación no saldrá ni del estado -por la crisis- ni de las cadenas por su poco interés de potenciar la calidad en TV.

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Licenciado en Ciencias de la Información, ha trabajado en redacciones digitales. Comenzó en 1997 en los informativos del 24h de TVE. Ha sido coordinador de las webs de las series y programas en Globomedia (Periodistas, Compañeros, 7Vidas, El Grupo, El Club de la comedia, 5Hombres.com…) Entre 2004 y 2006 llevó la producción periodística del programa Caiga Quien Caiga (Telecinco). Actualmente coordina y presenta el espacio Cámara Abierta 2.0 en TVE; programa dedicado a la divulgación de cultura digital, participación en internet, blogs y redes sociales. Y paralelo a su profesión, escribe -desde 2007- en su blog Periodismo ficción.

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1.– Porque estamos más acostumbrados a incorporar ‘lo malo’ y ‘lo menos malo’, que a pensar en la existencia de algo ‘bueno’, de calidad (eso requiere un esfuerzo); porque es más fácil (para la mayoría) consumir comida rápida que cocinar y comer platos más elaborados; pero sobre todo, porque entre ‘lo malo’ hay mucho donde indentificarnos.

2.– Empezar por algo muy básico: no potenciar (mediática y económicamente) modelos de personajes que se jactan y hacen bandera de la ignorancia; ni tampoco delincuentes. Además considero clave incorporar la participación. Más allá de las opiniones fáciles (de los ‘me gusta’ o ‘no me gusta’, o de lo ‘malo’ y de lo ‘bueno’), hay un mundo de espectadores activos e inquietos, capaces de aportar datos tan valiosos como un «share» en prime time. Gracias a Internet y la conversación de los usuarios, conocemos más matices del público. Si lo hace la web semántica (conocer mejor a los usuarios) ¿por qué no va a ser capaz de aplicarlo un programador de televisión? De este modo, pasaríamos de un sistema de audiencias obsoleto a uno mucho más complejo y real. Éste sería un buen comienzo. Porque la calidad no está en las temáticas (cultura, periodismo, entretenimiento, sociedad, ficción, etc…) sino en el planteamiento y puesta en escena de los contenidos.

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Licenciada en Periodismo, ha desarrollado su carrera principalmente en servicios informativos. Televisión Española y Antena 3 TV, cadena para la que fue corresponsal en Francia durante seis años. En París trabajó para la Agencia France Presse y desde allí se incorporó a Canal+ y a CNN+. Ya en Madrid asumió la corresponsalía judicial para Cuatro, tarea que desarrolla actualmente. Ha seguido formación en Social Media y es autora del blog «Jugaba en el Betis«.

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1.-Buena, mala o regular, la televisión es de todos. Es el medio de ocio más barato y accesible al ciudadano. Está en casa y es, casi, un miembro más de la la familia. Ello quiere decir que la «querremos» a pesar de todo, es decir, siempre acudiremos a ella en búsqueda de un poco de entretenimiento o información. Y no creo que la televisión convencional en España sea de tan mala calidad; no es peor que la que encontramos en países de nuestro entorno como Italia y Francia, si bien es cierto que la oferta de información en España es considerablemente menor. Pero existen buenas series de ficción de producción propia, algunos formatos nuevos interesantes (Callejeros, Salvados, etc…) Y una última reflexión: si el consumo de televisión se mantiene estable, aún más en tiempos de crisis económica. No hay competencia posible: con dos paquete de pipas y un par de mantas una familia de cuatro personas puede pasar una tarde entretenida por dos euros. ¿quién iguala eso?

2.En un país donde el fútbol y los programas de corazón funcionan como acorazados es complicado encontrar, sobre todo ahora, cadenas dispuesta a arriesgar en formatos menos comerciales. Creo, sin embargo, que los espectadores agradecen que no se les trate como a estúpidos y muestra de ellos es la buena aceptación que tienen las series de ficción españolas, modernas o de corte histórico. Creo que la gran asignatura pendiente de la televisión española es la información, y ello en un momento de gran demanda. Habría que profundizar en cadenas de información con parrillas lo suficientemente atractivas, que integraran el «breaking news» (seguimiento de acontecimientos en directo) con magazines e incluso películas. Por razones que no logro aún entender en países como Francia conviven hasta cuatro cadenas de información, todas ellas rentables. En España han ido cerrando una tras otra.

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18 años de experiencia en televisión. Periodista. En Telemadrid fue Directora de ‘Madrid Directo’ (1994-1996), de Programación (1996-1999) y de Informativos, (1999-2001). En Canal+ fue directora (2001-2005). Más tarde fue Creadora y directora de Contenidos de Cuatro (2005-2010). Ahora es Directora de Transformación de Prisa. (2011).

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1.-En el pico de consumo de un prime time (22:35), unos 16 millones de personas ven la tele. Otros 30 millones no la ven. Un 66% no la está viendo. Pero a la tele le damos una importancia suprema. La que no le damos ni a la radio ni a los periódicos, porque contra ellos no se desatan las iras sociales. Tengo constancia de periódicos que han pagado a imputados para defender una tesis, ni siquiera para dar una información. Pero no son medios tan amplificadores. Pero la tele presenta consumos cada día más segmentados. Antes había poco oferta y eso ampliaba el impacto. Ahora no es así. Ahora un 20% de cuota de pantalla es un éxito enorme. Y eso son algo más de tres millones de personas.

La televisión ha sido siempre diana de los reproches sociales. La sociedad necesita dianas sobre las que descargar. Yo prefiero sentirme responsable de lo que elijo, cargar contra mi decisión cada vez que pongo la tele. Y elijo un poco de todo. Defino mi producto. En el que cabe de todo.

Considero que le televisión que se hace en España tiene suficiente calidad para la madurez de nuestra industria. Lo hago comparándola contra las ofertas televisivas de UK, EEUU, Francia, Italia, Alemania, Brasil, México, Argentina… No lo comparo con mis deseos y mis gustos, sino con industrias y sectores comparables. Ahora además hay una amplísima oferta: de pago, de abierto, multicanal, multitemática… Y el programa de entretenimiento de mayor éxito de este año, “Supervivientes”, pudo unir a 5 millones. Más de 40 millones no han visto el programa de más éxito del año en España.

Dicho esto, en la tele, como en todo, ni da todo lo mismo ni todo es igual. No todos marcan las mismas líneas de juego. No todos cultivan el mismo estilo. Yo he tenido la suerte de trabajar en televisión pública, privada de pago, privada comercial… Sé que siempre hay un margen entre hacer las cosas de una manera o de otra. Y sé que se cometen errores, a veces el mismo programa que puede ofrecer contenidos valiosísimos.

Lo que me parece indiscutible es que las cadenas de televisión, como cualquier otro producto u otra marca que esté en el mercado (o sea, en la calle) ya nunca podrá tratar a la sociedad de la misma manera. Ahora hay que dar la cara. Hay que responder de una manera o de otra. Ya tenemos al ciudadano, al cliente, al usuario, despierto y dispuesto a decirnos lo que hacemos bien y lo que hacemos mal. Y eso está muy bien. Y no pienso sólo en la televisión. El que antes sea consciente y adapte sus dinámicas de trabajo, tendrá su recompensa.

2. No me gustan los comités de sabios que conozco. Comienzan arreglando un error y terminan obligando al retardo de un directo por si se sale un pezón.

Tampoco me gustaría un modelo diseñado por los que creen que sólo ellos tienen la razón y la varita del buen gusto. No me gustan los que desprecian los contenidos desde una posición intelectual elevada, a veces ignorante. Yo tengo mi gusto propio, está claro. Y he hecho un tipo de televisión comercial que defiendo, pero que algunos podrían querer prohibir. No me gusta todo lo que veo. Pero a mi madre le gustan otras cosas. Y a mi primo otras.

Prefiero que la regulación la domine un mercado sensato, de consumidores y de clientes, de espectadores y anunciantes con sentido común y participativos. Y de ciudadanos, en el caso de la televisión pública.

Me encantaría que triunfara lo que para mí es bueno, lo hermoso, lo necesario. Pero no necesariamente es así. A veces se da la maravilla: lo más visto es lo más brillante. “House” es mi ejemplo favorito. Prefiero una buenísima serie de éxito masivo que una serie elitista muy premiada de televisión de pago para unos pocos.

Lo mejor que le podría pasar a la tele ahora, como a todos los sectores, es que la economía despierte y se anime. Eso favorecería más inversión en producción de programas para los canales pequeños, más preparados para la innovación. Prefiero una televisión pública estatal poderosa con un verdadero modelo de contenidos de empresa pública, no el que tiene actualmente.

Y que el show continúe, que la educación la vamos a encontrar en otras partes y la tele tiene el entretenimiento como su principal función. Y que sigamos disfrutando de la música, del deporte, de la naturaleza, de los libros…

Un poquito menos de importancia le vendría muy bien a la tele y a todos. ¡Y habría más variedad de TT en Twitter! 😉

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Periodista. Inició su trayectoria en Radio Juventud de Madrid, en 1979. En televisión comenzó colaborando en 1982 en el programa ‘Informe Semanal’, de Televisión Española. Tras presentar el informativo matinal de Onda Cero durante tres años en 1997 dio el paso al ‘prime time’ con el informativo de tarde en TeleCinco. Ha pasado por Telemadrid, Canal9, Antena3 y La Sexta. Actualmente conduce el magacín matinal ‘En días como hoy’, en Radio Nacional de España.

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1.-Porque somos acríticos con la televisión. No lo consideramos un problema ni para bien ni para mal. La televisión forma parte de un paisaje que al final creemos que no nos afecta.

2.-Abriría un debate profesional entre la gente que hacemos televisión para saber qué tipo de medio creemos que hay que hacer, qué modelo queremos realizar. Porque estoy seguro de que la televisión de mala calidad no es la que queremos hacer los profesionales, sino la que quieren hacer las empresas cuando les resulta rentable. Las empresas no las llevan profesionales de la televisión sino gestores que piensan en la cuenta de resultados más que en los contenidos. No sé cómo se podría abrir, pero estoy convencido de que los propios profesionales podemos hacer mucho más de lo que se hace, y lo sabemos. Y exigiría más valentía a los responsables de contenidos. Habría que hacer un acuerdo entre profesionales -porque entre empresas no lo aceptarían- para mejorar los contenidos.

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37 comentarios

  1. Hola, estoy agradecida de haber encontrado este articulo. ¡Un cordial saludo!

    Sandra Llubiá
    http://www.ideasylibros.es

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  2. Excelente artículo!
    Buen trabajo, enhorabuena!!!

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  3. Javier

     /  junio 14, 2014

    En la actualidad la televisión es solo un equipo técnico y humano que lo utiliza y nada más porque si en verdad los que aparecen en ella se honrasen a si mismos, se dedicarían a otra cosa. Lo que aun no entiendo es porque las empresas se publicitan en este medio al que cada vez hay menos gente que lo ve, es mejor que den sus productos a alguna ONG con sus carteles publicitarios, que seguramente su mensaje llegará a muchísima más gente y les costará muchísimo menos.

    Responder
  4. clarita caz

     /  junio 7, 2014

    eso si esta de poca

    Responder
  5. Easy

     /  May 16, 2012

    Gonzo es, sin lugar a dudas, el que más sentido común aporta. ENHORABUENA POR ESTA ENTRADA, es más que kuriosa: es interesante 🙂

    Responder
  6. tenemos la televisión que vemos, por lo tanto, es la que merecemos

    Responder

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